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2025-04-11 12:16:59

Cannabis, salud y comunidad: Ka'arory vuelve a Plaza Italia

Todos los sábados, Plaza Italia se convierte en un punto de encuentro cannábico con charlas, medicina, flores y música. Un espacio de activismo, cultura y salud que crece con cada edición.

Plaza Italia ya no es solo una plaza: cada sábado se transforma en un espacio multisensorial donde la medicina, la cultura y la organización comunitaria giran en torno a una misma protagonista: el cannabis. La feria Ka’arory, impulsada por la Asociación de Emprendedores Cannábicos del Paraguay, el Club de Cannabis, Barandaso, Granja Madre, Kunu’û y Mariguay, ofrece consultas médicas y psicológicas, venta de productos derivados de la planta, información legal y charlas educativas. No es un simple evento, sino una manifestación constante de activismo social que ocupa el espacio público para visibilizar derechos y fortalecer la comunidad cannábica.

Cannabis legal, pero con barreras para emprendedores

Aunque en Paraguay el cannabis medicinal es legal desde la promulgación de la Ley 6007, y la Ley 1340 en su artículo 30 permite la tenencia de hasta 10 gramos con prescripción médica, el acceso real sigue siendo restringido. Actualmente, los permisos especiales para cultivo y comercialización se otorgan a un pequeño grupo de farmacéuticas, dejando fuera a productores, cooperativas y emprendimientos independientes que también impulsan este sector. En este contexto, eventos como Ka’arory abren un canal alternativo para informar, organizarse y exigir que se habiliten mecanismos reglamentarios más inclusivos, que permitan a otros actores participar de un mercado que, bien regulado, podría beneficiar al país en salud, economía y derechos.

Música, medicina y comunidad en acción

La propuesta de Ka’arory no se agota en los productos. La música en vivo, los talleres abiertos, los espacios de consulta médica y psicológica, y el intercambio de saberes entre cultivadores y usuarios terapéuticos, generan una experiencia que combina alegría, autocuidado y consciencia. Lejos de los discursos represivos que aún dominan las políticas oficiales, la feria plantea otra mirada: la del cannabis como herramienta de sanación colectiva, como planta sagrada y como motor de una economía social que necesita ser escuchada por el Estado.