Durante una entrevista en Radio Unión AM 800, el gobernador de Central, Ricardo Estigarribia, afirmó que está dispuesto a recibir propuestas vinculadas al cannabis medicinal, especialmente aquellas que ya se están organizando desde la Asociación de Productores de Cannabis para replicar modelos comunitarios. Invitó a los interesados a contactarlo directamente para conocer sus experiencias y propuestas.

Consultado sobre si ya había recibido algún proyecto, respondió con sinceridad: “No, realmente no… no me presentaron tampoco ahora. Quería investigar un poco más sobre ese proyecto, pero no tuve la posibilidad”.

Esta apertura cobra valor en un contexto donde el cannabis medicinal ya se cultiva legalmente a través de experiencias comunitarias en su propio territorio. Central cuenta con productores, médicos habilitados y pacientes diagnosticados que hoy dependen de vías alternativas para acceder a su medicina.

Clubes cannábicos activos en Itauguá

En el Departamento Central, particularmente en Itauguá, dos clubes cannábicos ya están desarrollando cultivos con fines medicinales: el Club 30 Veces y el Club Cannábico del Paraguay, también conocido como Granja Madre. Ambos funcionan en base a recetas médicas de cuadruplicado y proveen aceite de cannabis a sus socios, siguiendo protocolos de seguridad, trazabilidad y uso exclusivamente terapéutico.

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Estos clubes representan un modelo no farmacéutico que complementa el enfoque institucional vigente, y que responde a una necesidad concreta: los pacientes que requieren preparados con más de 0,5% de THC, principio activo clave para epilepsia refractaria, dolor crónico y otras condiciones severas. Hoy, ese tipo de producto no se encuentra disponible a través del canal oficial.

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En paralelo, el modelo de producción comunitaria que ya se desarrolla en San Pedro fue declarado de interés departamental por la Junta, y se consolida como referencia en el país para un acceso real y participativo al cannabis medicinal.

La gobernación puede impulsar acceso e investigación

La Ley 6007/17, que regula el uso medicinal del cannabis en Paraguay, establece que el Estado debe garantizar el acceso gratuito al tratamiento y también promover la investigación científica. En este marco, las gobernaciones tienen herramientas para desarrollar programas, firmar convenios y articular con laboratorios públicos que permitan la elaboración segura de productos a base de cannabis.

Central, con su densidad poblacional, infraestructura, profesionales de la salud y universidades, podría convertirse en un centro clave de producción, distribución y formación en cannabis medicinal, con respaldo técnico y control institucional. Lejos de ser una propuesta informal, estos clubes operan con asesoramiento legal y médico, cumpliendo funciones sociales, sanitarias y educativas.

Un precedente judicial que respalda este camino

El pasado mayo, la Corte Suprema de Justicia rechazó una casación presentada por el Ministerio Público y confirmó la absolución de Edgar Martínez Sacoman, imputado por cultivar cannabis y elaborar aceite medicinal. El tribunal concluyó que su acción estaba amparada en la legislación vigente y orientada a fines estrictamente terapéuticos.

Este fallo marca un precedente para el cannabis medicinal no farmacéutico en Paraguay, y muestra que es posible avanzar con modelos comunitarios siempre que haya responsabilidad, documentación médica y trazabilidad. La gobernación de Central puede jugar un rol estratégico en acompañar este proceso y convertirlo en una política de salud pública con impacto positivo en la economía local.