Análisis y opiniones

2025-05-09 08:06:36

Agroecología y Cannabis: un modelo productivo para el futuro

La agroecología ofrece un camino sostenible para el cultivo de cannabis, combinando saberes campesinos, diversidad productiva y un modelo económico viable más allá de los monocultivos.

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Por: Adolfino Acosta Torales

Ingeniero agrónomo (EARTH, 2001), con maestría en Desarrollo Rural (San Carlos, 2013) y abogado (UTIC, 2024). Docente, agricultor y líder en agricultura familiar, experto en producción sostenible, biointensiva y certificación orgánica

La agricultura convencional a menudo prioriza la productividad y el rendimiento económico por encima de la sostenibilidad ambiental, lo que puede llevar a la degradación del medioambiente y la pérdida de biodiversidad. La conversión de ecosistemas naturales en monocultivos tiene consecuencias graves: pérdida de biodiversidad, degradación del suelo, contaminación del agua y del aire, y un aumento de la vulnerabilidad frente a plagas y enfermedades. En cambio, la agricultura familiar campesina suele basarse en prácticas más sostenibles y respetuosas con el entorno, fomentando la diversificación de cultivos, el uso de variedades locales y tradicionales, el manejo integrado de plagas y enfermedades, y la conservación de la biodiversidad.

Existen numerosas definiciones de agroecología. Para este artículo, me baso en la propuesta de la FAO: la agroecología es una disciplina científica, un conjunto de prácticas y un movimiento social. Como ciencia, estudia la interacción entre los componentes del agroecosistema. Como conjunto de prácticas, busca sistemas agrícolas sostenibles que optimicen y estabilicen la producción. Como movimiento social, promueve la multifuncionalidad de la agricultura, la justicia social, la identidad cultural y refuerza la viabilidad económica de las zonas rurales. En este contexto, los agricultores familiares son actores clave, ya que resguardan el conocimiento y la sabiduría indispensables para la agroecología. En todo el mundo, su rol es fundamental para una producción de alimentos que respete los ritmos de la naturaleza.

Cuando se habla de modelos productivos agroecológicos y regenerativos, a menudo nos topamos con la resistencia de muchos actores del sector rural. Esto es comprensible: desde la perspectiva de la agricultura convencional, una producción sostenible sin agroquímicos parece inviable debido a las múltiples dificultades que presenta el proceso. Sin embargo, quienes implementamos este modelo productivo sabemos que no solo es posible, sino también sostenible en el tiempo. Actualmente, existen en el mercado diversos productos permitidos dentro de la agroecología y la agricultura regenerativa, lo que facilita su aplicación. En el pasado, muchas veces debíamos elaborar estos insumos en nuestras propias fincas, enfrentando limitaciones importantes.

La incorporación del cannabis en un modelo agroecológico representa una oportunidad valiosa para diversificar la producción y generar ingresos. Si se cultiva respetando los principios agroecológicos —como el cuidado del suelo, la promoción de la biodiversidad y el uso eficiente de recursos—, el cannabis puede ser un rubro rentable y sostenible. Algunas de las ventajas potenciales de integrar este cultivo en una producción agroecológica son: diversificación productiva y generación de ingresos adicionales, aplicación de prácticas respetuosas con el medioambiente, mejora en la salud del suelo y la biodiversidad, creación de empleo y fortalecimiento del desarrollo económico local.

Por todo esto, la incorporación del cannabis como rubro estrella en sistemas agroecológicos puede convertirse en un motor económico clave para muchas familias campesinas, permitiéndoles sostener su modelo de producción integrada, tanto para consumo como para comercialización. Esto traerá consigo beneficios concretos: mayor estabilidad económica para los hogares productores, posibilidad de reinvertir en mejoras productivas y comunitarias, y una economía local más resiliente, menos dependiente de monocultivos tradicionales.